Técnicas y cuidados que deben tenerse en cuenta para la elaboración de conservas
Con la llegada del otoño comienzan los días en que quedarse en casa parece ser la mejor opción. Las salidas no son tan recurrentes y los momentos al aire libre tampoco. En cuanto a las comidas, parece que se vuelve a caer en el cúmulo de calorías, pero no solo eso sino que también es un momento ideal para realizar las conservas, ya sea de frutas, verduras y hasta dulces.
Las vinagretas, las conservas en aceite, pistos, compotas y mermeladas son algunas de las recetas maestras que suelen ser susceptibles de conservación. Sin embargo, si no se toman ciertas medidas preventivas, podemos padecer problemas de salud bastante serios. A continuación exponemos algunos recaudos a tener en cuenta para evitar enfermedades:
Los alimentos deben estar frescos y en perfecto estado. Los vegetales que escojamos deben ser más o menos del mismo tamaño, estar enteros y sin golpes. Deberán estar en su punto justo de maduración, ni verdes ni pasados.
Se debe contar con la máxima higiene a la hora de tratar los alimentos. Manos limpias, utensilios y tablas impolutas, además de envases desinfectados, enjuagados y bien escurridos.
Los mejores recipientes para conservas son los de vidrio. Para Esterilizar los utensilios, primero se deben hervir durante 15 minutos y luego escurrirlos bien. Se debe procurar no tocar el interior de los recipientes a la hora de moverlos.
Cuando se llene el envase tendrá que hacerse de manera uniforme, que cubra adecuadamente los alimentos. Este tipo de productos, bien elaborados y envasados, puede conservarse durante un año sin frío. Las condiciones ideales de almacenamiento exigen temperaturas medias, sin soportar más de 30º C, y lugares donde el sol no incida directamente sobre el vidrio. Una vez abierta la conserva, se guardará en la heladera y se consumirá en menos de 7 días.
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