Las reuniones familiares suelen ser un acontecimiento sin precedentes, donde todos se reunen alrededor de la mesa para comer variedad, y sobre todo abundancia
Parece que en estas ocasiones, principalmente en las fiestas de fin de año y navidad, comer es sinónimo de festejo. Como el banquete siempre incluye grasas, proteínas y toxinas de manera abundante, el cuerpo se ve incapaz de asimilarlas o deshacerlas provocando la famosa indigestión. Para prevenirlo es recomendable lo siguiente:
En primer lugar, y no es un gran secreto pero es la solución básica, se trata de comer moderadamente. Lo ideal es no abusar y ser conscientes de que hay alimentos más dañinos que otros y parar de comer antes de que el organismo muestre señales de que está saturado. Con el fin de hacer esta tarea más fácil y de evitar la gula, se debe intentar comer de todo lo presente, aunque en pequeñas cantidades.
Como lo que parece mas fácil resulta ser lo mas difícil (comer poco) hay un par de sugerencias cuando no se logra este cometido. Conviene tomar algún tipo de infusión, como la manzanilla, el anís estrellado o la menta, que reducen la flatulencia, así como abundantes líquidos que ayuden a eliminar las toxinas.
Por otro lado, es importante no irse a la cama al poco tiempo de haber ingerido estos alimentos, ya que la digestión por la noche es más lenta y puede producir acidez, como así también masticar suficientemente cada bocado para facilitar la digestión, dedicando como mínimo 20-30 minutos a las principales comidas.
En el caso de que el trastorno se prolongue demasiado tiempo o se empeore es necesario consultar al médico, ya que puede estar ocasionado por problemas de índole más grave, como una úlcera o un bloqueo de intestinos
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